Reflexión

Publicada el 27 de abril de 2019.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hoy es el día de tener la mente en blanco. El día de no permitir la influencia de ningún mensaje propagandístico. El día de dejar reposar todos los impulsos recibidos para tomar la decisión más acertada posible. A mi lado, mientras escribo, unos jóvenes charlotean de una invitada del programa del Broncano que acudió al plató con un vibrador insertado y el presentador accionaba el dispositivo a voluntad. Seguro que mucha gente se siente así hoy; yo no porque llevo años embutido en una coraza inmunizadora frente a la propaganda churretosa.

Hoy es el día de echar la vista atrás y valorar a cada cual por sus hechos. El día de mirar alrededor y observar quién vive bien y quién no tanto. El día de dejar de pensar como un ser individual y verte como parte de un colectivo. Oigo en la televisión que aquí lo que importa es tu propio castillo inexpugnable y que hay que defenderlo por todos los medios. Vivimos en un tiempo donde el aislamiento prevalece; yo intento socializar, a pesar de las grandes presiones para que vivamos en nuestros pequeños nichos.

Hoy es el día de ser valiente. El día de quitarse la careta y mostrar a la sociedad cómo eres. El día de asumir en qué bando te encuentras y dejar de proclamar tu falsa indecisión ante las encuestas. Digan lo que digan, el pescado está vendido. Los focos nos venden dudas para mantener el suspense y la emoción hasta el último minuto. Pero la lonja ya la están limpiando. Un minúsculo grupo se sabe vencedor y una masa somos quienes perdemos; yo asumí hace mucho que a lo máximo que podía aspirar era a vivir alegre y dar felicidad a quienes tenga cerca.

Me avergüenzo de ver discursos pobres en la escena política de este país. Quienes elaboran los argumentarios viven en una burbuja inquebrantable y, además, nos imaginan con un bajo coeficiente intelectual. También me apenan quienes sostienen que ninguna formación les representa y que no votarán. No es operativo que cada cual tenga su propio partido, digo yo. Para este grupo tengo un consejo: depositad la papeleta que menos desagrado produzca. Y el lunes, a respirar.